martes, 6 de abril de 2010

Foto casera

(Por Hipotálamo)
Al subir por la escalera principal, frente a un restaurador de muñecas antiguas, un taller con instrumentos de aire. El músico enseña a tocarlos lunes, miércoles y sábados, de 10 a 16 horas. En su momento (ya no lo es) viajó a Génova, una ciudad de Italia, un país de Europa. Así lo cuenta el recorte de un reportaje de un periódico italiano. De hecho, el idioma del reportaje era italiano. El recorte cuelga de cuatro chinches. Sobre un corcho. El recorte funciona como publicidad.
Casi una página ocupaba el reportaje. ¡Y una foto lo ilustraba! El músico aparecía con tres músicos más. Un cuarteto, sin dudas. Vestían camisa y corbata. Negras y sedosas. Y pantalón de traje gris. Los zapatos no se veían. Los músicos sonreían a la lente del fotógrafo del periódico. Una mano sostenía el instrumento que cada uno tocaba. A la izquierda del recorte del periódico había una foto dedicada por Astor Piazzolla, un compositor de tangos. La firma no se entendía pero el bigote y el bandoneón eran de Piazzolla.
Debajo del recorte, había imágenes de músicos de jazz. Apenas se veían las retinas blancas por encima de negros cachetes inflados. De puño y tinta, un dibujo del músico a cargo de Sábat, un caricaturista de Clarín, un diario de Argentina, un país de Sudamérica La caricatura insinúa las amistades del músico con otros artistas. Conocidos del ambiente, en todo caso.
También había una foto casera, un retrato del músico en el living tocando con otras personas. No eran los del cuarteto. Una de las personas era joven, probablemente el hijo. El músico usa bermudas. El joven lleva musculosa. Alguien debe cumplir años en verano.
Se percibe cómo hacían música por hacerla, sin espectadores ni escenario. El músico les daba el gusto a unos amigos y pocos familiares, cuando viene una persona, probablemente la mujer, entonces la madre del joven, y saca la foto con el apuro del aficionado, tímida por la interrupción. Lógicamente resulta torcido el encuadre, en plano contra supino. Una foto totalmente casera, ajena a la del periódico.
Luego del adiós a unos amigos y pocos familiares, el músico recogió la mesa (si se chupó el dedo tuvo que ser torta, tuvo que ser cumpleaños), se ocupó de los platos y abrió la canilla del agua. Al día siguiente la mujer imprimió el recuerdo y se la llevó al taller. Según se observaba en la foto ya revelada, la mujer, la madre, la tomó con una cámara digital en hora y fecha desajustadas.
Se trata de la única imagen relativamente actual, rodeada de sepia y blanco y negro. Sobre un corcho. Algo similar sucede con peluqueros o tatuadores. Ilustran las vidrieras de sus locales comerciales con viejas fotos de famosos a los que atendieron. A ese conductor de tv le alteraron el flequillo. A ese futbolista le dibujaron un dragón. Fueron esto. Ya no lo son. Ahora son esto, una foto casera. Lástima el encuadre.